
Desde que abrimos nuestro espacio hace 5 años, el barrio de Las Salesas se ha convertido en nuestro hogar y nuestra fuente de inspiración. Desde las flagships stores de diseñadores independientes hasta locales de refinada gastronomía, nuestro entorno lo conforman pequeños comercios con un sello único. En esta serie de posts queremos contar cómo son y quiénes dirigen algunos de nuestros lugares preferidos.

Primera parada: La Duquesita
En 1914, La Duquesita abre en la calle Fernando VI y comienza la historia de una pastelería emblemática en Madrid, distinguida por sus postres y dulces artesanos.
Desde sus inicios, la pastelería se asocia a calidad y tradición. En los años 30, Romualdo Santamaría se hace cargo de La Duquesita, a quien sucede su hijo y posteriormente su nieto, Luis Santamaría, tercera generación de pasteleros, con quien el establecimiento se convierte en centenario y se consolida como referencia en la gastronomía dulce de Madrid.
Después de un cierre de seis meses, La Duquesita reabrió el penúltimo día 2015 con el objetivo de mantener la tradición y continuar siendo una referencia para el barrio. En el exterior, aún mantiene los carteles que le hicieron célebre ya hace más de 100 años. Dentro, perviven los mostradores, vitrinas y espejos originales que fueron rehabilitados antes de su reapertura; también su gran lámpara central que impacta a todo el que entra.
Y, lo más importante: la perfecta combinación entre los sabores tradicionales, los postres de temporada, los dulces artesanales, las nuevas creaciones y una amplia propuesta de bombones y chocolates.


Parada 2: La Magdalena de Proust
“La Magdalena de Proust” es un supermercado ecológico situado muy cerca de Mestizo, en la calle Pelayo. Pero es mucho más que eso. Es una particular forma de concebir la alimentación desde el respeto y defensa de las materias primas en su estado natural, un concepto que abarca los 360º de la gastronomía, que profundiza y satisface desde la alimentación cimentada en los productos más básicos como el pan, hasta los productos más elaborados y escogidos.
Sus responsables son unos firmes defensores del consumo local y unos convencidos de la importancia de saber dónde y en qué condiciones se han producido los alimentos que consumimos.
Pero lo que personaliza definitivamente a “La magdalena de Proust” es que se trata de un obrador de pan ecológico artesano en el que manufacturan una rica variedad de panes y bollería, elaborados con materias primas de origen certificado.


